Al morir esta mañana
No quedara nada,
Recuerdos son las horas
De los minutos muertos.
Por un momento intento
Sobrevolar este recinto,
Llamado mundo que
Se vuelve laberinto.
En el mar celeste
Donde las estrellas duermen
A esta hora se ocultan,
Y no queda ni sombra.
Sobre las aguas calmadas
Del lago estancado
No hay marinos navegando
Ni existe un llanto ahogado.
Entre las colinas aúllan
Las voces de un pasado
Que esta allí enterrado
Pero jamás se ha olvidado.
Los árboles ya no dan
Esa bendita sombra
Que imita a la oscuridad
Pero nunca lo logra.
Mudándose las almas
Viajan en un barco
De gas condensado
Y navegan al pasado.
Van allí esas almas
Dulces y tristes,
Y en días de lluvia
Se desploma su llanto.
No verán más penumbra
Cuando muere la mañana
Se entierra en las nubes
Cuando el mediodía acaba.
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