Del abismo de las penas
surge una gran condena
que refleja mi alma en el rio
donde mis pasiones se ahogan.
Despues que la calma inquieta
pase con su figura escueta
por mi puerta de caoba fina
me deja sordido de afan.
No podrias iluminarme luz
sin que tu oscuridad exista
a la muerte llamo hoy
porque no hay soledad.
Ah! Llameante vienes
con la labia escurriendo,
tus labios y corazon podridos
arden en mis placeres dormidos.
Jamas una sombra se apodera
de la mañana venidera
porque no hay cosa prohibida
en esta tierra tan perdida.
Mas no hayo el pecado aun
que me cierna de locura
y que me encierre en la hora
de una eternidad dura.
Como lamento es escuchar
que canto a la brevedad
en tanto me hundo sin cesar
en la duda que me obliga a pensar.
De que color provengo?
Ah! No es negro mi destino
mas mi futuro no es brillante,
no encuentro el amor en la amante.
Humano, soy triste y vago,
no estoy a tu lado, ni al mio
y en cualquier epoca hay frio
no es verano, pero el otoño ha cedido.
Lo cierto es que no fundo aqui
mi razon que se enriquezca
o que con la lluvia de agosto
venga el milagro, y florezca.
Podre encontrarte sentada alli
donde las lunas han pasado
y muerto muchos ocasos sombrios
que no encierran los sueños.
De la esperanza poco queda
es como el lago que se seca
y me deja el vacio por llenar
con lagrimas de cristal.
Podra Dios escucharme?
en esta noche que te grito,
que vengo y te repito: ven! ven!
que me faltas corazon.
No debo ocultarme al manchar
mis manos de sueños rojos
que son como un despojo
de lo que era mi realidad.
Sino me vienes a calmar,
venme al menos a matar,
porque sino puedo soñarte
tampoco quiero recordarte.
A.T.
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