Con la sonrisa sobria
Y el pensamiento embebido
Transito el sendero oscuro
De la misteriosa existencia.
Sé demasiado que ya no creo en nada,
Y tanto he visto que parece lo he visto todo
Aunque permanece vacía
La caja de experiencias.
Estuve a las puertas del deseo insano
De obtener un destino cotidiano
Y regalar mi libertad,
La única posesión natural.
¿Y quién soy yo? Me he cuestionado
En la soledad de mi rincón
A lo largo de los años
Y sin respuesta he quedado.
Habrán muchas historias
Y cada una contará su mito
Aunque ninguna sea cierta
Es parte de lo que mi vida ha escrito.
Y no será fácil llevar la carga
Que los ajenos corazones me imponen,
Es trabajo del que existe entre letras
Hacerles un verso o una página entera.
¿A qué hemos venido? Sino a triunfar en lo cotidiano
Y a rendirnos ante lo magnifico,
A volver la vista hacia el cielo
Y sentir que estamos vivos.
Pero extraña forma emplea el destino,
Si acaso existe esa parte indivisible
Del que nace bajo lo mortal,
Para hacernos saber quién se es.
Y qué difícil es hablar de uno mismo
Y sentir que todo se ha dicho,
Cuando existe tanto en el pecho
Que la mano aún no ha escrito.
A.T.
