Tu cuerpo, la noche y el deseo,
las mejores razones para mi desvelo,
quiero estar sobre las montañas
y apreciar la luna, lejos de mis sueños.
Sin leyendas, mitos, ni cuentos,
quiero que estés presente este momento
en mis brazos que te sujetan fuerte,
para que no te aparte de mi el viento.
Dame el calor de tus palabras,
que menguan mis intenciones,
y me hacen dormir entre restos
de un antiguo deleite extinguido.
Aquel derroche de tus abrazos
posalo sobre mi cuerpo que te evoca,
mis ansias ahora esbozan tu boca
donde esta el frenesí de mis labios.
En este ambito donde tu presencia
es mia, la luz es calida, y tu inocencia
se vuelve una guerra sin ocaso firme,
y tus deseos se vuelven mis fracasos.
La piel que encierra mis enraizadas venas,
llora, por estar atrapando mis viejas penas,
las manos tuyas en mi castigan y queman,
secuestran mi afán de tenerte eterna.
En la densa mar tienes tu porción divina,
me has encontrado en mi frágil navío,
pierdeme, hunde estas ahogadas horas
que se detenga el tiempo en tu presencia azul.
A.T.
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