Fui desterrado de un cielo
que no perdona el pecado
de haber nacido en este suelo
tan abandonado al mal.
Fui concebido en horas
de angustioso dolor,
de sangrantes minutos
que me vieron nacer.
Fui creciendo en un mundo
donde todo era tan fragil
como un mundo de inutiles
hecho de blanquecino cristal.
Todo es tan basto y tan terrenal
que no concibo un minuto de paz
mantengo mi integridad
por mas dificil que parezca.
No hay vanidad que huya
de este mundo lleno de lujuria,
siento por instantes alegria
que la luz pronto ciega.
Me parezco a aquel arbol torcido
por no ser enderezado a tiempo,
y mi sombra no va hacia todos
sino hacia mi izquierda malevola.
Sobre el camino mencionado
ni pistas ni huellas quedaron
de mi desdeñosa huida
que hice olvidando mis dias.
No encuentro esa felicidad
que antes me enseñaron,
tampoco encuentro ese amor
del que todos se afanan.
Vengo desde hace tiempo
en algunos vagos intentos
de hacer las cosas bien
pero mi camino siempre se tuerce.
Soy adulto pero parezco niño
porque quiero estar entre los brazos
de alguna mujer sin importar
su rostro o sentimientos por mi.
No encuentro justicia en el mundo
que mis antepasados decian
que era la solucion para la vida
engañosa de nuestros dias.
Me paro a la orilla de este dia
en el borde de la desidia
donde austero estoy y espero
volverme nada en este mundo
en este oscuro y blando agujero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario