Cuento mis segundos
y me doy cuenta
que no tengo muchos
para gastar.
Tengo mi mente
metida en una caja
de un débil cristal
que oculta secretos.
Voy a donde sea
que el viento no me lleve,
sigo el rumbo de astros
blancos, negros y celestes.
Hoy pasó tan luego
que no vi mi reflejo,
y me encuentro tan lejos
de mi y de mi cuerpo.
Un olvido y un amor
que meto en mi equipaje,
con mis botas comienzo
ese inesperado viaje.
A.T.
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