Otro dia, muchas horas
vienen a mi existencia ahora,
me dispongo a gastar minutos
que desde ayer guarda el reloj.
Comienzan los albores
y olvidamos dolores
del ayer que se ha ido
y del rencor que murio.
El dia se ilumina
y aparece mi voluntad
como el sol aparece
tras las alta colinas.
El trabajo y la rutina
son una gran cortina
que nos nubla la vista
de las metas previas.
Entre las pocas alegrias
que se comparten en el dia
viene tu recuerdo que llena
y desespero por verte, mi morena.
Y ya gastadas algunas horas
tengo mis manos ausentes
de palabras por escribir
y asi dedicarles el presente.
Se me ha ido la mañana
entre sombras y marañas,
con el viento de antaño
voy ignorando los daños.
Ahora es una tarde soleada
en la que no espero nada
mas que llegue el momento
de la penumbra y sus vientos.
Pero mientras sigo pensando
voy ahondando en mi interior
y sacando todo este ardor
que el amor ha dejado adentro.
Voy limpiando y sacudiendo
el pasado que sigue enfermo,
y a medida que avanzo
mi rumbo voy descubriendo.
Y llegada cierta hora tardìa
viene a mi mente aquel dia
en el que conoci aquella chica
que se ha vuelto mi vida.
Estoy atando algunos cabos sueltos
que mis manos tienen por labor,
entiendo por que no soy capaz
de vivir en un pleno y dichoso amor.
Mientras en mi ventana
se anuncia la fria noche
y las nubes obedencen al cielo
yo vengo a donde siempre te espero.
Y mi reloj termino sus minutos
abriendo y cerrando cerrojos,
y ocultando miradas tristes
de mis cansados y ajenos ojos.
En cuanto llega la nocturna oscuridad
me intento ocultar en mi anciano hogar,
entre mis tibias sabanas olvidadas
y terminar asi un dia comun de azul soledad.
A.T.
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