Vamos de la mano con la realidad
nada agrada mi sucia impaciencia
que de los minutos se alimenta
jugando sobre mi perdida conciencia.
Como un intenso y sombrio fuego
arde mi cabeza en un sentimiento en verso,
jamas un instante me libera de mi cuerpo
y me aislo en una celda sobre el viento.
Ya tuve suficiente del ocaso poniendose
y del sol terminando su jornada taciturna
que me interpone mis limitadas horas
de un infinito que no me consume.
Y tarde como siempre vengo a desear
cambiar un futuro distante que quise
y quiero crear sobre mis ultimos dias
un mundo tapizado de fantasias.
Se que el azar me intenta confundir
y que no me decido a competir
para alcanzar a una mirada sincera
que me suba al cielo y me libere.
Porque me encuentro entonces hoy
buscando a otras mujeres?
Porque Dios no me libera ya
de estos humanos placeres?
Se que existen amores muy duraderos
y con el tiempo se vuelven perecederos,
si viene alguna mañana cuando cruzemos
ella y yo nos ocultaremos las miradas.
A.T.
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