El silencio que resguarda todo lo mío,
y me protege del exterior y el frio
es el mismo que acude a calmar
y nos mantiene ocultos del mal.
El silencio que nos ayuda
en las miradas que se dan,
que se llena de tantas palabras
transmitidas en un palpitar.
Es el lenguaje del alma
que nos permite llegar al alba,
en el exploramos el mundo
entre amaneceres que nacen callados.
El silencio que nos junta
y aparta, que nos ama y odia,
que en los días rebosa
por soledades incontadas.
A la vida vino a aliviar
de todo el ruido y todo agitar,
gobierna de noche el mar,
y ha hecho nido en mi cama.
El silencio que nos escucha
a todos, que nos envuelve
y nos hace descubrir tesoros
ocultos en la imaginación.
El silencio propio y ajeno,
nos visita por instantes,
dejando lo físico distante,
nos protege del ruido del mundo
y nos llena de bien abundante.
El grandioso e incontenible silencio,
que se nos escapa del sonido,
el silencio que ha nacido
por momentos descubriendo el sentido.
A.T.
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