sábado, 26 de julio de 2014
Prolongación (Parte I)
- I -
En el ápice de mi corazón
aún quedan vagos vestigios de ti,
como raíces de un árbol moribundo
que se niega a dejar de existir.
Quedan hojas sueltas y ramas rotas,
como palabras que quedaron calladas
y cada fragmento que quedó en mi pecho
donde solía estar un corazón.
Y la sombra de tu rostro
y el ruido de tu nombre,
el tacto de tus manos,
el amor de tus ojos,
todos huirán al llegar la mañana
en que mi deseo por ti arda.
A.T.
(Continúa: Parte II)
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