Puedo detener el reloj
pero el tiempo sigue corriendo,
y fingir una sonrisa
donde la felicidad escoja
la mentira, como la tarde
escoge el frio y la noche
prefiere quedarse con la luna.
Puedo detener el reloj
pero el tiempo sigue corriendo,
las arrugas se hacen grietas
y despedazan mi rostro,
los cabellos se tornan
a su otoño y no hay retorno.
Puedo detener el reloj
pero el tiempo sigue corriendo
y anda a sus anchas,
en mi cuerpo se notan
sus terribles andanzas.
Puedo detener el reloj
pero el necio tiempo
a la par mía no envejeció,
y con el silencio se hendió
en mi sangre con su frialdad
que mi vida se llevó.
--
A.T.
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