domingo, 25 de agosto de 2013

Cerrando el libro

Ver y notar que no eres el mismo
y piensas que te miente el espejo,
las caricias del tiempo fueron duras
y tu piel comenzó a arrugarse
luego que la lluvia cayó por tanto tiempo
y te ha arrastrado con todo y su rastro.

Ser y estar en un momento de lucidez
donde descubres que el viento huele a ayer,
vas a ver los rostros de los retratos guardados
y tratas de no llenarte de nostalgia ni melancolía,
ni de tantas tonterías que ya no sirven de nada
pues el tiempo ha pasado y no te ha perdonado.

Entonces, acudes al sitio donde están los tuyos
pero que ya son de Dios, o de alguien más,
seres que ya no están, se fueron y poco a poco
te fuiste con ellos solo porque ellos llevaban
recuerdos mutuos que se han desvanecido.

La tarde cae mientras recuerdas a los amores perdidos,
y los hastíos y las lecciones que te dejaron,
mujeres que se llevaron tal vez tus mejores años,
pero ya nada importa, tu edad es larga y la vida es corta
por eso no odias, solo esperas que llegue la hora,
ves que la casa esta vacía, se acabó el café,
y llegaste a la última página para cerrar el libro.

A.T.

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