Pendiente

Aun no logro sentir el aroma
de aquellas Flores del mal de Charles
ni conozco Las canciones de inocencia
o de experiencia de Blake, tampoco
conozco a la "tristísima Ofelia" de Rimbaud,
ni he hallado el Manuscrito en
una botella que nos dejo Poe
y es tal vez por ello que
aun conservo mi Sed no saciada
ni veo "Tus ojos" que "son la cisterna
donde beben mis hastíos".

Es tanto el aplazamiento
de mis deseos que se disuelven
entre el tiempo que apresura
su paso para que la vida
quede en la mas fría ruina,
y en mis escasos días tengo
pendiente el abrazo aquel,
el beso necio, la mirada final
y el adiós que no llega.

A.T.

Calma aparente

El corazón intranquilo
de palpitar insistente,
la respiración agitada
entre suspiros ahogados,
y esas manos inquietas
con movimientos desesperados,
escuchando sonidos latentes
algunos bajos y otros fuertes,
sus ojos negros inmersos
en lejanos paisajes
con un pestañear veloz,
y en sus venas retorcidas
un galopante torrente
de incandescente sangre
engendrando vida en un
cuerpo de calma aparente.

A.T.

Su imagen

Es tan abstracta su mirada
que me resulta indescifrable,
así como su rostro  posee
un contorno infinito de belleza.

Un nuevo concepto de hermosura
que no tiene palabras, ni hipótesis,
tampoco teorías que le rodeen y
esos colores suyos serán quienes
me digan su identidad oculta.

Y está allí su forma delicada,
intocable y ajena, tan pura
en el paraíso que ha formado
al que no he logrado llegar
ni en percepciones alucinadas.

Todo tan tranquilo, inamovible,
inmaculado, me encanta su sonrisa
que nadie puede borrar de ella,
su rostro es un perpetuo deleite
que obtengo cuando acudo
a su imagen en la que nada miente.

A.T.

Aquel día llovía

Llovía y te encontré,

llovía y te hablé,

llovía y te conocí,

llovía y te abracé,

llovía y te cobijé,

llovía y te quise,

llovía y te besé, 

llovía y te dejé,

llovía y te dije adiós,

llovía y llegó el frio,

llovía aquel día,

llovía y recordé 

que olvidarte 

no es como imaginé.

 

A.T.

 

 

 

Cerrando el libro

Ver y notar que no eres el mismo
y piensas que te miente el espejo,
las caricias del tiempo fueron duras
y tu piel comenzó a arrugarse
luego que la lluvia cayó por tanto tiempo
y te ha arrastrado con todo y su rastro.

Ser y estar en un momento de lucidez
donde descubres que el viento huele a ayer,
vas a ver los rostros de los retratos guardados
y tratas de no llenarte de nostalgia ni melancolía,
ni de tantas tonterías que ya no sirven de nada
pues el tiempo ha pasado y no te ha perdonado.

Entonces, acudes al sitio donde están los tuyos
pero que ya son de Dios, o de alguien más,
seres que ya no están, se fueron y poco a poco
te fuiste con ellos solo porque ellos llevaban
recuerdos mutuos que se han desvanecido.

La tarde cae mientras recuerdas a los amores perdidos,
y los hastíos y las lecciones que te dejaron,
mujeres que se llevaron tal vez tus mejores años,
pero ya nada importa, tu edad es larga y la vida es corta
por eso no odias, solo esperas que llegue la hora,
ves que la casa esta vacía, se acabó el café,
y llegaste a la última página para cerrar el libro.

A.T.

Entre mis brazos

En un momento abría mis brazos
esperando que alguien entrara
o siquiera hiciera un esbozo
con su imperceptible presencia.

Extendía aquellos viejos brazos
como si tratara de abarcar
lo que nadie esta llevándose,
quedando como un imbécil.

A veces parecían debilitarse
y al igual que el día, caían;
tanto tiempo esperando y aún
así creían que les visitarían.

Y cuando llegaba alguien,
sin razón no lograban
retenerla un largo instante,
volviéndose todas distantes.

Después de todo he crecido,
reflexionado y sigo creyendo
que no se ha ido la esperanza
que entre mis brazos descansa.

A.T.

Vos, mi invierno

Despertando, la nube gris

y un alba que no llega

mi puerta sigue en la espera

de alguien que pueda tocarla

y traiga en sus manos el sonido.

Colmado el suelo de mil maneras

la lluvia intenta no arrastrar a nadie

con sus fuertes tormentas venideras

y el invierno pone la mirada en vos

para meterte en su nostalgia repentina.

A.T.

Para alguien, en el cielo

Para mi alma, fuiste, amor,
Cuanto en el mundo sonreía
La isla verde en el mar, amor,
Y la fuente y el ara pía.
Flores brotaban en redor,
Y cada flor, fue sólo mía.

¡Sueño fugaz, de tan brillante!
¡Ampo estelar que de tan puro,
Lució un instante!
En vano a mi alma lo Futuro
Clama: -¡Adelante!
Vuelta al pasado, abismo oscuro,
Persigue, muda, el Sueño amante.

Pues, ¡ay de mí!, la luz de Vida
Se me ha extinguido por jamás.
«Ya nunca más -no más- no más-»
(Así a la playa combatida,
Mar solemne, diciendo vas)
¡Tenderás vuelo, águila herida,
Árbol seco florecerás!

Y éxtasis son mis noches hondas;
Y estoy contigo -alma fraterna
Donde el mirar celeste ahondas,
Donde el flotante andar gobiernas
Al ritmo de qué etéreas rondas,
Ante cuáles ondas eternas.

Edgar Allan Poe

Morir como los barcos

Si la suerte o los dioses
tienen dispuesta mi partida
bajo otros cielos,
su voluntad sea mía.
Mas si puedo pedir,
que la luz de mis ojos
se ponga contemplando este paisaje,
las antiguas playas,
la vieja mar
junto a la que nací.

José María Alvarez
de Museo de Cera

Por aquella gente que murió...

Por aquella gente que murió
por el Nirvana
por la creencia celestial
por ti, por mí

Estas líneas están escritas
para transmitir el mensaje
Para ignorar la advertencia
Para ir de juerga arriba, entre
las voces del suplicio
Para visitar los mares subterráneos
Cree
Cosas más horribles
que la guerra
Cosas fuera de los cuentos
Grandes bestias
que se extinguen.

Jim Morrison
Los Poemas Ocultos

Creo

Creo en un dios que no quita
que nos da,
creo en un dios que no mata
sino que da vida,
creo en un dios que es alegre
que no relega tristezas,
creo en un dios que bendice
y que jamas nos maldice,
creo en un dios sabio
que nos habla con verdad,
creo en un dios justo
que nos trata por igual,
creo en un dios celestial
que no ha sido inventado en la tierra,
creo en un dios de antaño
que es eterno y nos regala de su años,
creo en un dios que es invisible
por su propia seguridad,
creo en un dios que escucha
y nos responde sin demoras,
creo en un dios tan divino
que a nadie ha de sacrificar,
creo en un dios que es creador
y que nunca será destructor,
creo en un dios bondadoso
que me hará descansar,
creo en un dios omnipotente
que nos defiende en cada lucha,
creo en un dios de bendiciones
que nos da tinta y papel,
creo en un dios que siempre
que vea al cielo...
sabré que allí está él.

A.T.

Mujer de ficción

Mientras la veía
en ese momento llovía,
todo era una maravilla
sentados en aquella orilla,
ninguno lo creia
estar juntos parecia
solo una alucinada historia.

Al siguiente día él lloró
porque se enteró
que alguien le mintió,
y fue cuando se acabó
el sueño mas honesto
alguna vez tuvo
y a partir de alli decidió
no volver a amar, y gritó:
"No volveré a amar
en época de lluvia,
ni a mujeres de ficción
que me dejan sin ilusión".

A.T.