Su luz inmóvil
tan destellante
y su
belleza
llena de
calma,
en lo
alto del cielo
descansa
su imagen,
recostada
allí
en
cualquier punto
donde se
puede verle
y
abrazarle a lo lejos
mientras
sea hora
y todavía
atardece,
huye de
ella el día
y la
noche le visita
para
hacerle ver
que le
acompañan
mas
estrellas dispersas
y a sus
pies esta
quien le
venera
de manera
ingenua
tal vez
su belleza
es motivo
suficiente
de la adoración
de un
pobre loco,
de un
enamorado
que es inconsciente
y que le
ve, y siente
aunque no
piense
está
seguro de todo
el
infinito amor
que
profesa
por esa
estrella
solitaria
que el ocaso
le
descubre y
en el
cielo lejano
le besa.
A.T.
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