jueves, 20 de junio de 2013

Soneto Sacro N° X













Muerte, no te enorgullezcas,
aunque algunos te llamen
poderosa y terrible,
puesto que nada de eso eres;
porque todos aquellos
a quienes creíste abatir
no murieron, triste muerte,
ni a mí vas a poder matarme.
Del descanso y el sueño,
que son imagen tuya,
fluye mucho placer;
entonces mucho más
de ti ha de venir,
y muy pronto mejores
hombres van contigo,
descanso de sus huesos,
libertad de sus almas.
Esclava del destino,
la fortuna, los reyes
y los desesperados,
si con veneno, guerra
y enfermedad y amapola
o encantamiento se nos hace
dormir también,y mejor que
con tu golpe, de qué te jactas;
tras un breve sueño,
despertaremos a la eternidad
y la muerte dejará de existir.
Muerte, tú morirás.

John Donne
Poemas Divinos

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