Dime si obtienes del silencio
mi lejano nombre, y si lloras
allí cuando surge la ternura
por nuestro pasado fugitivo.
Obligáme a creerte ahora,
tu que eres firme en palabras
con afanes tan absurdos
y cobardes de la razón.
Huye de ti, pues eres peligrosa
en cuanto un viento tu boca esboza,
hoy una función de engaños
perdió la cordura y se ha rebelado
en tu contra.
No encontré en ti la prometida paz,
y veo un momento que se marchará
con tu recuerdo y doy un ultimo suspiro
que dedicare en la noche a tu olvido...
A.T.
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