Hay un poema atrapado entre mis manos
y hay huesos tuyos que no le dejan salir,
hay piel muerta y gusanos, todo lo vivo
que aún queda de ti.
Hay una caricia adornando mi alma
y una herida que no me deja vivir,
¡ay que no cicatriza ni sangra
pero siempre se parece a ti!
Hay un reloj que me ahuyenta
y me arroja a la tumba de tus brazos,
hay esperanza y remota vida
si muerto en tu regazo,
al fin puedo existir.
A.T.
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