miércoles, 22 de octubre de 2014

Fuego y dolor














Eres fuego que consume,
que abraza hasta las raíces,
llegas y te vas, quémame
hasta la piel y sus cicatricez.

Eres fuego y como ardes
así mismo te espero,
lejos estás las tardes
pero quemas, eres fuego.

Lo supe al tocar,
al tocar tu piel vibrante,
y pude descubrir en tu mirar
esa llama deslumbrante.

Y no hay invierno
que te pueda apagar,
ni hay infierno
que no puedas arrasar.

Eres fuego hiriente
y haces del amor
un fruto de tu vientre,
mujer de fuego y dolor.


A.T.

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