Vivir

Hay un poema atrapado entre mis manos
y hay huesos tuyos que no le dejan salir,
hay piel muerta y gusanos, todo lo vivo
que aún queda de ti.

Hay una caricia adornando mi alma
y una herida que no me deja vivir,
¡ay que no cicatriza ni sangra
pero siempre se parece a ti!

Hay un reloj que me ahuyenta
y me arroja a la tumba de tus brazos,
hay esperanza y remota vida
si muerto en tu regazo,
al fin puedo existir.

A.T.

A Hierón de Siracusa (Fragmento)

Amar y corresponder al amor
¡ hagámoslo en su momento oportuno !
¡ No prosigas, corazón, porfía
envejecida más de la cuenta !
.. y los encantos de los amores que envía Afrodita,
para echar ebrio, con Químaro, un cótabo
por Agatónides...

Píndaro

Recuerdo de una mañana

Como si las piedras
se apostaran en el camino
para hacernos tropezar,
como si el reloj
nos encontrara sin tiempo
para hacernos vivir más,
como si cruzar un océano
no fuese una tempestad,
como si tomar tu mano
no fuera lanzarse al vacío
de la eternidad.

A.T.

Madrugada pálida

Con el sudor de una noche
que no cura pero si lástima,
con las alas rotas
el tiempo avanza lento,
no llega la mañana
y está distante la calma,
¿pesadillas o sueños?
ambos son agonías
mientras despierto
en un mar de ilusiones,
como arde el frío
y mueren mis sentidos
con la fragilidad
de mis pensamientos,
me encuentro despierto
augurando momentos
que viviré en un futuro,
pero está pálida la madrugada
en que no sueño ni duermo,
cuando no veo nada
solo deseo librarme
y llegar hasta el alba.

Fuego y dolor

Eres fuego que consume,
que abraza hasta las raíces,
llegas y te vas, quémame
hasta la piel y sus cicatricez.

Eres fuego y como ardes
así mismo te espero,
lejos estás las tardes
pero quemas, eres fuego.

Lo supe al tocar,
al tocar tu piel vibrante,
y pude descubrir en tu mirar
esa llama deslumbrante.

Y no hay invierno
que te pueda apagar,
ni hay infierno
que no puedas arrasar.

Eres fuego hiriente
y haces del amor
un fruto de tu vientre,
mujer de fuego y dolor.


A.T.

Primera Velada

Desnuda, casi desnuda;
y los árboles cotillas
a la ventana arrimaban,
pícaros, su fronda pícara.

Asentada en mi sillón,
desnuda, juntó las manos.
Y en el suelo, trepidaban,
de gusto, sus pies, tan parvos.

––Vi cómo, color de cera,
un rayo con luz de fronda
revolaba por su risa
y su pecho ––en la flor, mosca,

––Besé sus finos tobillos.
Y estalló en risa, tan suave,
risa hermosa de cristal.
desgranada en claros trinos...

Bajo el camisón, sus pies
––¡Basta, basta!» ––se escondieron.
––¡La risa, falso castigo
del primer atrevimiento!

Trémulos, pobres, sus ojos
mis labios besaron, suaves:
––Echó, cursi, su cabeza
hacia atrás: «Mejor, si cabe...!

Caballero, dos palabras...»»
––Se tragó lo que faltaba
con un beso que le hizo
reírse... ¡qué a gusto estaba!

––Desnuda, casi desnuda;
y los árboles cotillas
a la ventana asomaban,
pícaros, su fronda pícara.

Arthur Rimbaud
Poesías Completas
1870

Tinta fría

Con el papel en blanco
y temeroso del tiempo,
mi pulso tambalea
como un moribundo
en un sueño febril
y no consigo calma
ante el asalto de la pluma
a ese pedazo de hoja,
donde quiero morir
con palabras frías
de esta punzocortante tinta.

A.T.

A la mar

Incierta y profunda,
desconozco tus orillas
pero he visto tu belleza
y me asusta demasiado
tan solo aproximarme,
tan solo un roce
a tus limites
que son los míos,
y que con tus artes
me atraigas
a tu horizonte
donde puedo perderme
cuando levantes tu vista
o cuando se te antoja
alguna caricia
a la que no resisto
y me ahoga en tu fondo,
me sumerjo en ti,
así a placer.

A.T.

Caos I

Los caballos de la desesperación
andan desbocados
en campos de desesperanza
persiguiendo la razón...

El murmullo del trote
y su boca llena de espuma
son la viva imagen
de un caos sempiterno.

¿A quién legaran su vida?
¿A dónde les llevará su muerte?
Porque hubieron sendas propias
pero hay ahora caminos ajenos.

De pronto el alivio de su marcha
y el descanso de sus patas llega
y acariciarán el trono de la derrota
como un rey que no ha gobernado.

A.T.