Tú...
tan súbita y tan repentina
tan de mi alegría y de mi pena,
tan lejana y a veces tan cerca,
estás aquí grabada en mi mirada.
Tú...
que me das calor y a veces frío,
que eres dolor y también alivio,
en la distancia eres mi martirio
y en la cercanía mi delirio.
Tú...
eres lo absoluto, lo que necesito,
eres la vacuidad en la que existo,
eres recuerdo y a veces olvido,
eres la musa de mis escritos.
Tú...
que a veces pareces condena
y casi siempre eres libertad,
dame el último beso, un beso infinito
que nos perpetué en la eternidad.
A.T.
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