lunes, 23 de diciembre de 2013

Dedicatoria
















Más allá de donde
aún se esconde la vida, queda
un reino, queda cultivar
como un rey su agonía,
hacer florecer como un reino
la sucia flor de la agonía:
yo que todo lo prostituí, aún puedo
prostituir mi muerte y hacer
de mi cadáver el último poema.

Leopoldo María Panero

lunes, 16 de diciembre de 2013

Puerto de olvido

Abandona la sonrisa falsa
de un rostro ciego de amor,
yo guardaré en el interior
aquel antiguo calor
del sol que se apagó
en tu corazón esquivo.

Abandona la mar inquieta
que agita el dolor
cuando llega el atardecer y
se enmudece la noche
por una luna difusa.

No dejes que la bruma
me lleve otra vez a tu destino
que no quiero llegar solo
o perderme en el camino
que deriva a mi desgracia.

Llévate tus besos salados
y no me des tus brazos
que no se anclaron
en mi cuerpo a pesar
de esos abrazos francos.

Tus ojos eran el horizonte
donde cada tarde me perdía
y tu boca el caudal de mi pasión,
todo cambió por un verano
que paso desapercibido
delante de mi ilusión.

Ya no puedo decir que te quiero
y el odio es muy vano para mí,
abandoname en esta orilla
que guardará todos los recuerdos
y así estarás libre y yo de ti.

Y llévate todo lo que creas
que es tuyo a pesar que no sea así,
pero déjame el resto del olvido
en este puerto donde me despido de ti.

A.T.

viernes, 13 de diciembre de 2013

La otra ventana

Uno se cansa de estar solo delirando con su ventana en medio de la calle,
entre la nieve que arrastra su blancor por los callejones olvidados.
Uno se cansa de salir a buscar la misma mujer con el cabello largo hasta los pies.
Tal vez en eso consista el arte de la soledad:
escribir repetidas veces la isla con su cielo lila,
y la esbeltez del faro que derrama su luz sobre nuestro cabello alborotado.
Tal vez sea sólo eso: una brújula sin memoria para el tiempo que vendrá.
Y uno se cansa de estar solo delirando en una isla, abriendo la ventana de los árboles,
rebuscando entre las hojas una palabra, una rosa en el jardín sin mar.

Autor: Miguel Ángel Zapata.
Vía: poema-de-amor.com.ar

viernes, 6 de diciembre de 2013

Apunte Interior

Hoy mi vida no tiene peso alguno:
es un viento, menos que un viento, menos
que una raya de luz.
Ahora ninguno
puede serme oneroso.
No hay terrenos
resquemores debajo de mi alma.

Mi sangre es una roja armonía viva.
Estoy en armonía con la brasa y la calma,
con la voz amorosa y la voz vengativa.

Parece que mis manos no existieran, parece
que mi cuerpo nadara en un agua inocente.
Como un viento desnudo de mi corazón se mece
y hace sonar campanadas dulcemente.

Autor: Jorge Debravo.
Vìa: poema-de-amor.com.ar

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Te pienso

Yo te pienso pero no te llamo
porque podría serte inoportuno.

Yo te pienso pero no te llamo
aunque me mata la duda
y quisiera preguntar que haces.

Yo te pienso pero no te llamo
porque me aterra este aparato
y no necesito solo oír tu voz
sino ver tu cuerpo.

Yo te pienso pero no te llamo
pues a veces te escribo
a pesar de que mis letras
son ajenas ante tus ojos.

Yo te pienso pero no te llamo
pues vacilo y me arrepiento.
en ese inevitable momento.

Yo te pienso pero no te llamo
ni por la mañana cuando sueñas,
ni por la tarde cuando no piensas,
ni por la noche cuando anhelas.

Yo te pienso pero no te llamo
y en mí tengo un llanto reprimido
y un te quiero en espera.

Yo te pienso pero no te llamo
porque estando de este lado
pretendo hablarte y me harto.

Yo te pienso pero no te llamo
porque imagino que también
en esa hora que te pienso
...me estás pensando.

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A.T.